miércoles, 5 de marzo de 2014

Jerónimo Rojapiel, Festival Internacional de Poesía Grito de Mujer 2014

La Madre Tierra
... a la sazón de la Trinidad,
desnudo el silencio de tu estar amando;
la precipitación de columnas perennes,
la común unión vertical de los hilos de plata comunicándonos:
crucificados estamos,
despertemos alegremente en la rendición;
por que si del interín de ésta maza,
existen capullos hercúleamente comprensivos,
no debemos desanimarnos de éste flujo y reflujo,
de éste ir y venir de la inferioridad del caos,
al alto orden equilibrado...
sólo pidamos pasión altruista,
si es que tan débil seremos..
.. por que la batalla es dada en un campo muy sutil;
atómicamente posible en purgaciones claras y precisas,
donde las llamas ígneas orativas de ciclos lozanos parciales,
con misiones disímiles,
aunque homólogos al contrato nupcial;
pretendidos obligadamente por un derecho regio al Sumo de todas las sumas,
imparcial e inédito;
bañando el océano del tiempo roto,
el desapasionamiento longivo de nuestras asperezas;
brotando recias alquimias...
... como un pez inconsciente en una pecera gigante,
deambulando entre galerías robóticas y Dioses misericordiosos;
un perdón atrás del otro más ecuánime,
restando olvidos
y sumando recuerdos;
multiplicando memorias,
adecuándose a reminiscencias del pasado;
la experiencia no resuelta,
pero atenta a la atrayente aproximación a una salida no expeculativa,
otra manifestación de aglomeraciones (una guerra menos);
como las páginas de un nuevo libro,
literatos de compasión...
atiende nuestro llamado ...
Reconquístate;
en la misma sílaba cruel,
tu palabra ya fué dada,
ocultamente desnuda,
aunque no podías sentir paz,
fértil monte de Sion,
ya sabes que estás serena,
y liberada,
la violencia de ellos es nuestro karma.
Transparente situación,
soledad empírica,
la monarquía incongruente de cambios culinarios e históricos;
astrológicamente convencidos,
teorías experimentales del amor Sublime;
atracción del Gran Matrimonio Eterno,
dando sus dádivas sin maldad ni bien,
su penetrante acumulación psíquica,
la luz inhalada por la suspicacia de una aventura magnificada,
dando tributos por partes iguales,
la humanidad en ella.
Jerónimo Rojapiel, Argentina.



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