miércoles, 5 de marzo de 2014

Liliana Sandoval, Festival Internacional de Poesía Grito de Mujer 2014

Celeste está sola
    Celeste está sola, mira con sus ojos grandes las luces de la casa de enfrente, de donde vienen la música y muchas risas. No puede dejar de observar por la ventana del comedor.
    ¡Cómo le gustaría ir a ver a sus hermanos y a sus padres!, pero el marido nunca quiere ir a visitarlos. Pensar que sólo es media hora en colectivo… Tampoco quiere que vengan a verla a ella.
    Celeste primero le mintió a su familia, pero después pensó que no se lo merecían y les dijo la verdad, además el marido ya se lo había advertido: “No me obligues a pegarte, mira que si me ponés nervioso, no respondo de mí, tengo mi carácter, lo sabés”.
    Deja de observar a los vecinos, se sienta y se pone a escribir: “Cómo quisiera estar de nuevo en mi hogar ¡eso es imposible, qué angustia!”. Unas lágrimas gruesas deforman lo escrito. “El día entero me lo paso acá, limpiando y esperándolo con la comida lista, y una comida que le guste o, si no, rompe platos, vasos, tira los cubiertos… y yo, hasta que no termino de ordenar todo y limpiar todo ese desastre, no me puedo acostar. Tengo prohibido llorar. En la cama dependo totalmente de él, de si tiene ganas o no. Cómo voy a sentir placer si estoy tan nerviosa por no disgustarlo. ¿Qué tontería estoy haciendo? Voy a romper este papel porque ¡si lo llega a encontrar…!”
                                                        
Liliana Sandoval, Argentina


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